jueves, 2 de abril de 2009

MONOPOLIO

"Dios no juega a los dados"
El juego inició a las 5p.m. de la tarde del día Sábado 29 de Marzo. Durando 5 horas.

Descripción del evento:

El juego se había previsto iniciar a las 4 p.m. del mismo día, pero por falta de comunicación, tuvimos q posponerlo casi hora y media después. En la espera y luego de haber estado – solo parte del grupo – revisando en Internet las reglas del juego, se presentó el integrante faltante y dueño del juego.

El orden del juego fue:

Orden Nombre Ficha
1 Scott El jinete
2 Christopher Sombrero
3 Miguel Carro
4 Víctor La carretilla
5 Jhonny La plancha

Se inicia el juego, y después de la primera vuelta a todos los bloques del MONOPOLY, Jhonny inicia con los movimientos de compra de lotes, que alertan a parte del grupo (quizá por la seguridad de su jugada). Esta acción es precedida por la compra de otros terrenos por parte de Scott.

No creo en la suerte, apoyo al azar, sin embargo, no evitaba en repetidas ocasiones, maldecir mi suerte y bendecir la de otros.

Se me hacía difícil caer en terrenos libres, generalmente – yo sentía eso – me tocaba caer en ARCA COMUNAL Y COMODIN, zonas de pago, o la cárcel, hasta que por fin, compré un terrenito.
El problema – y creo yo, también lo interesante – surgió cuando todos comprábamos terrenos de diferentes colores, esto nos obligó a pactar con los demás jugadores precios por estos.
Muy pronto se terminaron de vender todos los terrenos en forma surtida, nadie, a excepción de Scott poseía los terrenos del mismo color, lo que hizo que se comprara ya sus primeras propiedades.

La desesperación al ver crecer económicamente a Scott, nos inquietaba –me inquietaba –, al punto de que comprábamos y vendíamos propiedades que le hacían falta a los demás jugadores, que los ayudaban o perjudicaban, cada una en distintas ocasiones, dependiendo de la desesperación del comprador, el que vendía podía poner un precio que nos hacía pensar muchas veces. Y es que, comprendí, que no solo depende de la estrategia, sino también del azar. Así que planteé, como estrategia, luego de ver cuales eran los parámetros, seguir jugando sin desesperarme al ver que mi dinero recaía, vender oportunamente terrenos que no me servían, y hacer propuestas económicas en intercambio de propiedades, ya que esa seguridad de las ventas, hacían vacilar la mente de otros jugadores. Pues si un factor es el azar, no queda otra que ser lo más positivo, y comprar, comprar y comprar.

Ya casi a la mitad del juego, empecé solo a verlo como un juego y no como competencia, creo que para la finalidad del trabajo del curso estuvo mal, ya que, creo que las ganas de ganar, mejoran un poco más y cambian las estrategias.
Jhonny, quien tenía buena cantidad de propiedades, se vio decaer económicamente, de una forma rápida al pasar por los terrenos con hoteles de Scott, esto solo me hizo pensar, y rogar, no caer en sus propiedades, y vender las mías, unas propiedad que guardaba para que los demás no reúnan sus colores completos (para los que saben sobre el juego, entenderán la brevedad de mis palabras).

El crecimiento económico y triunfo de Scott se veía cada vez con más claridad, parecía imposible igualarlo, hasta que Miguel consiguió comprar terrenos consecutivos, formando una L después del “GO”, parecía difícil la posibilidad de no caer sobre ellos, pero – oh, el azar – no caíamos en ellos, nos salía para tirar dos veces los dados. La estrategia de tomar propiedades seguidas, parecía infalible, pero no considerábamos el factor azar, o como decía Miguel “qué salado! qué mala suerte!”

Al final Scott, aparentemente tuvo todo el dinero, ganó. Comprendimos que lo más importante de todo era tener propiedades, tener algo, por pequeño que sea, que te de algunos ingresos, los que vendieron sus propiedades quedaron sin nada.

Concluyo, que si la vida real se esquematiza como éste juego, espero no ser el tipo de la mala suerte. Aunque cuando eres firme a tu estrategia puedes dudar un poco más.


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